Master Chef es de los pocos programas que seguimos en la televisión. Hasta la pasada temporada no era mas que un programa de cocina donde los participantes se median en diferentes pruebas.
Muchas de las veces, iban a restaurantes requetepijos a cocinar, o partidos de polo, o incluso los cocinaban para los militares cuando estos entrenan en las montañas perdidas de Escocia.
Pero, como supongo que dinero llama a dinero, lo han remodelado y lo han convertido en el típico programa a la americana, con música de fondo, gente que llora, la cámara moviéndose mucho y mucha, mucha, mucha, verborrea que no dice nada sin decirlo todo.
Ahora parece que estamos viendo X Factor en vez de un programa de cocina y me da mucha rabia. Porque la formula funcionaba muy bien sin tantas lagrimas sin tanto drama..y porque no puedo aguantar a las participantes (en su mayoría feminas) que lloran por todo, que se emocionan, que entran en barrena...Pro Dios!! Como si no hubieran salido de su casa en su vida!
Cierto que es que, de momento, lo seguimos viendo, aunque creo que, o mejora mucho en el siguiente programa, o lo abandonamos.
Y, digo yo, Por que todo tiene que ser una copia de todo? La gente natural y normal ya no se puede ver en la televisión? Sinceramente, hay menos drama en muchas de las series de televisión que me veo y estas si que son ficción... :-(
Nosotros tambien lo veiamos, pero entre que mi marido no traga al calvo que da voces y este nuevo formato creo que vamos a pasar :S.
ResponderEliminar'Masterchef the professionals' con Michele Roux Jr esta muy bien, espero que no se lo carguen tambien.
¿Has visto Masterchef Australia? Esta genial, yo lo prefiero al de UK.
Lo cierto es que eso del lloriqueo y lo del Oh My God por cualquier chorrada es muy typical American, ¿no?
ResponderEliminarYo tampoco entiendo cómo pueden cargarse programas que funcionan y que tienen encanto... Si las cosas funcionan no hay por qué cambiarlas!
ResponderEliminarBesotes!!!
Aquí ni me planteo ver esas cosas. El año pasado pillé Masterchef US a cachos y era para morirse. Ahora Gordon Ramsay tiene aquí otro programa que va de restaurantes malísimos que están a punto de quebrar y él intenta rescatarlos convirtiéndolos en pijiguays, y es para potar, hay más guión y más drama que en Santa Bárbara y Lo que el viento se llevó juntos.
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